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DE LOS EDITORES

Genes, organismos, ambiente y sociedad: el legado de Richard Lewontin
Lev Jardón Barbolla, editor invitado, Luis E. Eguiarte y Clementina Equihua Z

ARTÍCULOS

Lewontin: evolución, dialéctica y pensamiento crítico
Lev Jardón Barbolla

Recordando a Richard Lewontin (1929-2021)
Stuart Newman

La genética de poblaciones antes y después de Lewontin
Luis E. Eguiarte y Valeria Souza

El legado de Richard Lewontin para las ciencias biológicas es la praxis revolucionaria
Ana Cristina Cervantes Arrioja

Del mosaico genómico de Lewontin y Krakauer a la divergencia entre especies
Daniel Piñero

Lewontin, pasteles, la triple hélice y cómo plantear preguntas sobre el fenotipo
Anayansi Sierralta Gutiérrez

El análisis de Lewontin del maíz híbrido: la relación dialéctica entre la genética y la política
John Vandermeer

Del objeto al proceso, la revolución de Richard Lewontin
Alí Yólotl Sánchez-Ramírez

¿Cómo entender la evolución? El punto de vista de Levins y Lewontin
Pablo Siliceo Portugal

HECHO EN CASA

La microdisección láser, una moderna herramienta para entender la integración de los mecanismos moleculares y celulares
Gastón Contreras Jiménez, Antal Moreno Espinosa, Berenice García Ponce de León y María Elena Álvarez-Buylla Roces

INFOGRAFÍAS

7 razones por las cuales Richard C. Lewontin es uno de los más grandes científicos en la historia
Andrea Legorreta Rojas, Elsa Gabriela Díaz Ramírez, Santiago Gámez Monroy, Jennifer Andrea Muñoz Castellanos y Enrique Armando Pérez Espinosa

Genes y organismos
Alejandro O. Tellez

Unidad Mérida del Instituto de Ecología: los inicios y su investigación

Este número especial de Oikos= celebra un hito en la historia del Instituto de Ecología: la inauguración del nuevo edificio de nuestra Unidad en Mérida, Yucatán. Este edificio concreta la creación y el equipamiento de un espacio físico que albergará y dará vida a nuevos proyectos académicos, recibirá estudiantes y permitirá seguir fortaleciendo la vinculación de la Universidad con la sociedad en sus distintas formas. En particular impulsará investigación en una región en donde hay grandes oportunidades de desarrollo científico.

          El camino a esta Unidad no fue breve. Han existido desafíos de diversa índole, lo cual se ha tornado desesperante en momentos, pero también ha permitido madurar ideas y visiones, y construir colaboraciones. Felizmente, estos desafíos han sido superados gracias al trabajo y la colaboración de muchas personas, pero también gracias al decidido apoyo de autoridades y entidades universitarias. En primera instancia, la rectoría del Dr. Enrique Graue, con la visión de una universidad de la nación con presencia en todo el territorio y el apoyo para la consolidación del campus Yucatán de la UNAM. Enseguida, fueron críticos en su apoyo para llegar a esta inauguración el Dr. William Lee, Coordinador de la Investigación Científica, el Dr. Luis Álvarez Icaza Longoria, secretario administrativo, el Mtro. Xavier Palomas en la dirección general de obras y conservación, el Dr. Marco Antonio Domínguez, director general de personal, el Dr. Ken Oyama y la Dra. Patricia Dávila, secretarios de desarrollo institucional de nuestra universidad. También hay que reconocer a las direcciones previas de nuestro Instituto, los Dres. Constantino Macías y César Domínguez, y al Dr. Xavier Chiappa, director de la ENES Mérida, en donde se albergan estas instalaciones, y a la gran colaboración con el Dr. Ramsés Mena, director del IIMAS. Nuestro más sincero agradecimiento al albergue que nos fue proporcionado por el Parque Científico y Tecnológico del Estado de Yucatán, a través del uso de sus instalaciones y a la generosa colaboración de la Dra. Leticia Arena, Amanda Rodríguez y a todo el personal que nos brindó apoyo en todo momento.

          También quiero aquí hacer mención del trabajo sostenido de las Dras. Luisa Falcón y Osiris Gaona, quienes desde 2017 desarrollan su trabajo académico en Yucatán y fueron las pioneras de la presencia del Instituto de Ecología en Mérida. Por supuesto también gracias a las invaluables conversaciones con el Secretario Académico del Instituto de Ecología por varios años, el Dr. Juan Fornoni Agnelli.

          No quiero tampoco dejar de mencionar que gracias a varios proyectos de financiamiento las instalaciones del Instituto de Ecología cuentan con equipos de laboratorio y cómputo que permitirán el trabajo académico y de vinculación que son el centro de estos esfuerzos. En particular los financiamientos del entonces CONACyT y de la DAAD (Agencia de Intercambio Alemán).

          La historia del Instituto de Ecología en Mérida trasciende tres direcciones, la del Dr. César Domínguez, la del Dr. Constantino Macías y la actual, bajo mi encargo. Se inicia en el 2016-17, con la convocatoria de consolidación de laboratorios nacionales del CONACyT, con la visión de llevar el espíritu del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (LANCIS) del Instituto de Ecología a la Península de Yucatán, región especialmente vulnerable ante el explosivo desarrollo que experimenta y, que por lo tanto representa una oportunidad única para lograr incidir en cambios de trayectorias hacia un futuro sostenible. Desde el 2017, la presencia del Instituto de Ecología ha crecido paulatinamente, contando hoy con 7 plazas académicas tanto del LANCIS, como del departamento de Ecología de la Biodiversidad.

          Los efectos progresivos del cambio climático asociados al desarrollo generan costos ambientales, sociales y económicos que no deben ser ignorados por ningún país. Las zonas costeras son particularmente susceptibles a los efectos negativos del cambio climático, incluidos el aumento del nivel del mar y el incremento de la frecuencia e intensidad de eventos hidrometeorológicos y biológicos extremos, como enfermedades emergentes y de origen zoonótico, que elevan la vulnerabilidad de los sistemas socio-ambientales. En México, tales eventos obligan a la península de Yucatán a actuar urgentemente para garantizar el desarrollo sostenible.

          La meta de la creación de la Unidad Mérida del Instituto de Ecología es consolidar un grupo de trabajo académico multidisciplinario que se integre con el resto de las entidades de la UNAM y de la región mediante colaboraciones para la investigación y la gestión ambiental sostenible. Este grupo, en principio, contará con capacidades en estudios en sostenibilidad, biodiversidad, así como ecología y evolución de enfermedades zoonóticas (y emergentes).
Las instalaciones del Instituto de Ecología en Mérida incluyen espacios de laboratorio para trabajo en microbiología y genómica, además de un anfiteatro para toma de decisiones, oficinas y cómputo de alto rendimiento. Estas instalaciones serán habitadas por personal académico consolidado y también joven y de reciente contratación. Esperamos contar con una planta académica de 10 personas en los próximos 3 años.

          Mis mejores deseos para el grupo que representa hoy la presencia del Instituto de Ecología en Mérida, Luisa Falcón, Osiris Gaona, Gabriela Mendoza, Pável Popoca, Luis Osorio, Bertha Hernández y Malena Oliva.

¡Mucho éxito y felicidades!

          Este número especial de Oikos= incluye seis colaboraciones de varios de estos y otros investigadores que participamos en la génesis de la Unidad Mérida, relatando nuestras experiencias en Mérida y la historia de esta Unidad. También incluye una reflexión de la Dra. Ella Vázquez-Domínguez, de nuestro Instituto, sobre los parásitos y la biodiversidad, una contribución para entender cómo funcionan molecularmente las plantas en un mundo cambiante de la Dra. Adriana Garay Arroyo, también de nuestro Instituto y de su alumno Mario Gutiérrez Rodríguez, y un artículo de nuestra querida colega del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, la Dra. Silvia Pajares Moreno sobre los microrganismos marinos. Concluimos el número con unas ideas del Dr. Jorge Soberón, de la Universidad de Kansas, sobre el reciente convenio internacional sobre biodiversidad (Montreal, 2022) y una reseña de un libro sobre un área muy rica en ese mismo tema, en biodiversidad (los valles de Tehuacán y Cuicatlán).