espaciales que oscilan de metros a kilómetros, y escalas temporales que van de semanas a cientos de años, mismos que han sido reconocidos entre los más productivos del planeta. Por ejemplo, en la franja costera de la península se asienta 54% de los manglares del país, que capturan más del 60% del "carbono azul”, es decir, de carbono fijado por fotosíntesis y exportado a los sedimentos en regiones costeras oceánicas. La continuidad del paisaje en la península depende de la salud de los ecosistemas, entre los cuales figuran también las dunas costeras, pastos marinos y selvas. Por otra parte, en la costa oriental de la península se presenta el segundo arrecife coralino de barrera más grande del mundo, y en Bacalar, Quintana Roo, el arrecife bacteriano formado por estromatolitos en sistemas de agua dulce más grande del planeta.
Pero en la península de Yucatán también se concentran varios de los polos de desarrollo urbano y de fomento agroindustrial, además de proyectos de infraestructura representativos del actual sexenio, que tienen un gran impacto ambiental. Por ejemplo, algunas estimaciones indican que en la actualidad se extrae 58% del volumen del acuífero, y además éste recibe actualmente la infiltración de aguas residuales provenientes de fosas sépticas ineficientes y del escaso uso de plantas de tratamiento. Considerando lo anterior, la península de Yucatán en el futuro va a sufrir un retroceso significativo en la línea de costa, cambio asociado al aumento en el nivel medio del mar por el efecto del cambio climático global, y junto con la sobreexplotación del acuífero se prevén problemas de intrusión de agua marina, lo que modificará el entorno natural y por ende contribuirá a la crisis socioambiental de la región.
El cambio de uso de suelo en la península ha disminuido la extensión territorial de las selvas, que han sido transformadas en pastizales en la zona ganadera y terrenos para agricultura, principalmente. En el estado de Yucatán más de 80% de la vegetación natural ha sido perturbada. Estos paisajes fragmentados son el escenario ideal para que se desarrolle una serie de vectores de enfermedades zoonóticas, que en la península se asocian principalmente a artrópodos (mosquitos, chinches, garrapatas). Así, ya estamos viviendo en 2023 e inicio del 2024 una de las peores epidemias de dengue.
El proyecto institucional de la Unidad Mérida del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM se remonta a varios años antes, cuando diversas académicas y académicos participamos en una convocatoria del entonces Conacyt, cuyo objetivo fue consolidar la colaboración entre la UNAM (que ya contaba con otras dependencias en el mismo campus), la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y otras entidades de la península de Yucatán a través de la creación de un nodo del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (LANCIS), actualmente un departamento del IE en Ciudad Universitaria. Después, las direcciones encabezadas por el Dr. Constantino Macías y la Dra. Ana Escalante propusieron que el nodo-LANCIS creciera a una Unidad Regional del Instituto de Ecología, abarcando diferentes especialidades, todas necesarias para enfrentar las problemáticas de la península.
Nuestras propuestas fueron apoyadas. Con el fin de desarrollar el proyecto, me mudé a Yucatán a inicios de 2018. El resto del equipo del Laboratorio de Ecología Bacteriana, que yo coordino, fue llegando en los meses siguientes. La sede temporal se ubicó en el Parque Científico y Tecnológico, en donde la UNAM tiene un edificio de investigación. Ahí, los colegas de diferentes entidades del Campus Yucatán, en particular los doctores Xavier Chiappa-Carrara y Leticia Arena, nos abrieron las puertas y nos permitieron tener un espacio para recibir equipo y ponernos a trabajar. Para marzo de 2018, aunque sin edificio propio, ya estábamos instalados: con capacidad de hacer investigación, procesando muestras, dando clases, haciendo labores de divulgación y vinculación, siempre cobijados por el Campus Yucatán. Nuestro eficiente arranque se dio en parte gracias a que llevábamos más de una década trabajando ecosistemas peninsulares y ya teníamos un entretejido de colaboraciones y proyectos con diferentes colegas del Campus Yucatán y otras entidades académicas de la región.
Actualmente el Campus en Yucatán de la UNAM cuenta con once entidades académicas, incluyendo la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida (ENES Mérida), en la cual se ofrecen siete licenciaturas, entre ellas la licenciatura en Ecología. Somos sede de diferentes posgrados y estamos involucrados en múltiples iniciativas de vinculación y divulgación.
Una gran cualidad que ha ido surgiendo en el Campus Yucatán de la UNAM es que no existen barreras entre las entidades porque se comparten espacios. Por ejemplo, la Sala de Toma de Decisiones que nuestro proyecto inicial CONACyT-nodo LANCIS instaló en el Parque Científico y Tecnológico ha sido, desde que se construyó, también usada para reuniones de trabajo y las clases de varios posgrados.
La ceremonia de inauguración del edificio del IIMAS e IE Unidad Mérida contó con la participación de los directores, jefes de departamento y académicos, además de autoridades y colegas de diferentes entidades del campus. Después de la ceremonia tuvimos un encuentro académico en el que investigadoras e investigadores de ambas entidades presentamos los proyectos que nos trajeron a la península de Yucatán.
Formar parte del equipo que impulsó la creación de la Unidad Mérida del Instituto de Ecología ha sido una experiencia inmensamente satisfactoria. El edificio cuenta con diferentes espacios que incluyen dos laboratorios, oficinas y una Sala de Toma de Decisiones. Nuestra ubicación es ideal para interactuar con los estudiantes y colegas de las diferentes licenciaturas de la ENES de manera cotidiana, enriqueciendo aún más nuestra vida académica.
Las condiciones de infraestructura recién inauguradas extienden la capacidad del IE para planear actividades de investigación, impartir cursos de posgrado y talleres y hacer trabajo de campo en Mérida y la región. Cualquier actividad de colaboración futura indudablemente potenciará los logros de nuestro instituto no solo a escala nacional sino internacional.